Racó literari
Mi propio mito
Mi propio mito
Después de aquel terrible y no deseado encuentro no volví a verlos más. Sigo
encerrada aquí, en el horripilante sótano de una casa poco deseada, aunque
familiar. No me tratan mal; sin embargo, seguro que estaría mucho mejor en
cualquier otro sitio, puesto que aunque aquí dicen que me quieren, en realidad, a mi
parecer, poco lo hacen.
Nos dirigíamos al cine, como solíamos hacer cada miércoles por la noche, y
mientras transcurría la película, también lo hacía su temible plan. En medio de los
anuncios una voz gritó mi nombre y, consecuentemente, salí en busca de aquel ser
que para entonces susurraba. No había nadie y todo estaba oscuro. En ese instante,
una puerta se abrió en mis narices y sin miedo alguno entré.
Desde entonces aquí estoy encerrada. A pesar de saber que fue mi tío quien me
encarceló y de la ayuda de mi padre para ello, sigo esperando que sea capaz de
hablar con mi madre. Que le diga que fue él quien se llevó a su hija. Pues ella,
desesperada, sigue en mi busca sin saber que, sin duda alguna, jamás va a
encontrarme. Las frutas de este lugar me mantendrán aquí para siempre. ¿Es esto a
lo que llaman infierno?
(Basado en el Mito de Perséfone)
Mariona García