la calma con el simple hecho de pensar que seguía vivo.
-Fue tan descuidado de mirar a la luna, Zweir.
Seguidamente, una voz femenina rompió la tensión que se había generado en la habitación, una voz serena y suave que venía directa de una chica apoyada en el marco de la puerta. Iba vestida con una túnica completamente negra, con la capucha retirada sobre la espalda. Sus ojos eran azules, con una mirada gélida, como una noche de invierno. Su cabello marrón caía sobre sus hombros y un mechón de pelo pendía sobre uno de sus ojos haciendo imposible mirarla a los dos globos oculares a la vez. Su nombre era Rose.
-¿¡Cómo has entrado!? -Dije sobresaltado nada más darme cuenta de que estaba allí.
-Ya sabe, mis trucos, en fin, a lo que iba.
- Deberías parar de darme esos sustos.
-Anoche se transformó, tuve que frenarle los pies antes de que hiriese a alguien; debería pensarlo dos veces antes de dar un paseo nocturno y mirar al cielo.
-Pero si estaba aquí, en casa ¿Y que demonios es esta herida de bala en el pecho?-Me señalé la zona donde impactó el proyectil.
-Tenía que hacer algo para que volviese a su forma humana, ¿no? Me vi obligada a dispararle en un sitio mortal.
-¡En un sitio mortal! ¿Pero tú no piensas? -Me alteré.
-Con una bala de acero. Le agradecería que me dejase terminar cuando hablo.
-Perdón.-Y sus palabras me calmaron de golpe.
-¿Y desde cuándo esto es su casa? Pensaba que estábamos huyendo de esos chupasangre y aquí hay muchos, además este sitio está descuidado.-Dijo mirando la pared que tenía a su derecha, cuya pintura se estaba agrietando.
-Bueno…Estamos en pleno imperio elfo, supongo que ellos saben defenderse bien, ¿no?
-Imperio de los ALTOS elfos, ¿Le recuerdo la de calamidades que suceden dentro de estas fronteras a manos del ejército?
-Y los vampiros son seres demasiado silenciosos matando, ni un mísero policía se da cuenta; además de que saben esconderse como nadie… Le suplicaría que nos vayamos de aquí lo antes posible...