Carta al mundo_____________________________
Esta es mi carta al mundo, que sé que nunca responderá ni le importará lo que yo tengo
que decir. No hay más aire en mis pulmones: me lo robaste. Dime, mundo, ¿te lo
pasaste bien cuando me creaste? Necesito saber por qué decidiste romper, desgarrar,
despedazar, triturar, rajar, a un niño asustado que nunca te hizo nada. ¿Fui un buen
juguete? Me llenaste la mente de hielo, tormenta, grietas, oscuridad y frío hasta que se
volvió insensible y se partió por la mitad. ¿Te divertiste haciéndolo?
He soñado con el agua, el puñal, la soga, la cicuta de Sócrates y la bala. Tú, tú, tú me
pusiste enfermo, has cerrado cualquier atisbo de puerta a la tregua con mi mayor
enemigo, mi propia mente. Y aún, viendo cómo se me abrían las heridas y andaba
desangrándome, tuviste el valor de decirme que era mi culpa. Que lo hacía para llamar
la atención, que era un cobarde y me gustaba hacer daño a los demás. ¿Cómo pudiste
dormir esa noche? Tú no sabes lo difícil que es respirar cuando uno no quiere, el coraje
que requiere, tanta energía... El dolor es natural, llorar es lo que nos da vida, la
depresión es válida y normal; todo el mundo ha pensado alguna vez en el suicidio y eso
no los convierte en monstruos. Nadie es un monstruo. Pero tú me dijiste que era un
monstruo, que debía sonreír y actuar como si todo fuera bien.
¿De verdad pensaste que me ayudaría? No me mientas, ya no hace falta, sé que solo
querías sentirte superior. Cometí un error y ahora sólo puedo ser definido por un error,
por el pasado que quiero dejar atrás. ¿Cómo puedo avergonzarme de algo que no he
escogido ni quiero? El suicidio es real. Y esconderlo no lo eliminará.