Racó literari La casa abandonada
querían comprobar si la leyenda que contaba la vieja Dube era cierta. Las chicas se unieron a su búsqueda. Se separaron: Pablo, Juan, Marco y Sara mirarían en lo que era el lavabo, la cocina, la sala de juegos y el dormitorio principal. Nostor, Olred, Melanie y Cristina mirarían en lo que era el dormitorio de los niños, el estudio, el despacho de trabajo del antiguo propietario y el comedor. Se separaron y buscaron en todos lados. Estuvieron horas y horas buscándolo incluso no cenaron. Agotados por el cansancio fueron al jardín a buscar sus bicis cuando vieron una sombra misteriosa. Era una persona maloliente con la ropa sucia y con manchas de sangre. Se quedaron pálidos de ver ese personaje. Los miró y les dijo:-Seguro que la vieja Dube os habrá hablado mal de mí. No os la creáis en realidad lo que lleva es una máscara porque ella es una fugitiva de la prisión, es Montse Monra la gran fugitiva. Los chicos se extrañaron mucho. Y siguió:-Estoy en estas condiciones porque pasaba por allí y la vi saltando el muro. Ella me intentó asesinar pero yo esquivé sus ataques y huí. Pasaron unos días y me secuestró. Me enceró en esta mansión y me dijo que si quería seguir con vida tenía que fingir que era un asesino. ¿ Me creéis ahora? Los chicos hicieron que sí con la cabeza y rápidamente llamaron a la policía. Llegó muy rápido al sentir el nombre Montse Monra. Ayudaron al pobre hombre a salir de la mansión sin correr riesgo. Evidentemente llegó instantáneamente la vieja Dube. Los policías estaban escondidos para cogerla por sorpresa. La Dube le empezó a gritar y a enseñarle un cuchillo muy afilado. El hombre estaba temblando asustado y la policía actuó en el momento preciso. Les costó bastante cogerla porque tenía el cuchillo pero, por suerte, actuaron los chicos. Se colaron entre la multitud y le arrebataron el cuchillo. Cuando le quitaron la máscara vieron que era cierto que era Montse Monra. El coche patrulla se llevó a la delincuente dirección a la prisión. El gran general que llevaba la misión les dijo:-Gracias por vuestra ayuda, sin vosotros no lo hubiéramos hecho. Y les colgó una medallita en el cuello.