Racó literari MI MEJOR VERANO
llegar a una zona prudente, alejada de la costa. Cuando ya estamos todos en el lago, los que van detrás de nosotros consumen la distancia que nos separa, colisionando con nuestro pádel. Noa y yo conseguimos estabilizarnos, pero esto causa un efecto dómino, haciendo que choquemos con el de delante y este impactando con el que está delante de él. Los dos pádeles de delante vuelcan haciendo así que los que los manejaban caigan al agua. Y claro, no podían ser nada más y nada menos que Aaron y Nacho. Parece que la suerte no está de nuestra parte.
� ¡ Pero qué haces!- Le grita Nacho.
�
Yo no he hecho nada- Le responde Aaron
� Y entonces ¿ por qué estoy en el agua, eh listo?
�
¡ Porque eres imbécil!- Le responde Aaron ya con poca paciencia y propinándole un salpicón que lo deja más mojado de lo que estaba.
Entonces Nacho en un abrir y cerrar de ojos se planta nadando hasta estar delante de Aaron y no sé en qué momento sucede, pero empiezan a intentar ahogarse mutuamente mientras se gritan cosas que no puedo entender ya que sus bocas empiezan a estar cargadas de agua. Algo me salpica, es Noa nadando hacia ellos. Sin pensarlo dos veces, me tiro al agua y nado hacia ellos para ayudarla a separarlos. Lo conseguimos, lo que no logramos es zafarnos del castigo de la monitora. Convoca a la cabaña de castigos a Carla y María que resultan ser las que sin querer golpearon nuestro pádel por hacer bobadas y obviamente a Nacho, Aaron, Noa y a mí.
El almuerzo pasa rápido aunque no se han ahorrado las malas miradas. En cuanto Noa y yo acabamos nos dirigimos a la cabaña de castigos, se suponía que teníamos que ir todos juntos pero yo no pienso soportar a esos dos ni que me paguen. Al llegar nos sorprende no estar solas en la cabaña y que hay un grupo de seis chicos de unos dieciséis o diecisiete años sentados en el suelo( ya que no hay ni sillas ni mesas) no se percata de que llegamos hasta que un ruido los hace girar a todos y,