Racó literari
CALLEJÓN SIN SALIDA
Una bombilla mal colocada parpadea en lo alto de una de las paredes.
Pero no hay más. Por la noche, descartando la luna, esa pequeña
bombilla parpadeante es el único modo de poder vislumbrar el oscuro
callejón.
En medio de toda la porquería hay un cadáver tendido sobre un manto
de sangre, que no puedo ver bien debido a los policías que hay
alrededor.
Sara se acerca a la forense y yo la sigo.
-Buenos días, Ana. ¿Tenemos ya hecho un informe sobre la víctima?
-Su nombre es Alicia Torres. Es una mujer de unos treinta años. Murió
entre las doce y las tres de la madrugada, pero no lo sabré con exactitud
hasta que no le haga la autopsia. El arma homicida podría ser un objeto
redondo, que ocasionó una brecha importante hecha lateralmente en la
parte trasera del cráneo. De todos modos, el asesino se llevó consigo el
objeto que utilizó para quitarle la vida. La víctima murió en el acto. No
hay indicios de defensa propia, por lo que deduzco que Alicia no vio venir
el golpe.
-¿Un homicida que se toma las molestias de llevarse el arma para evitar
ser descubierto? Parece listo-digo, apuntando notas en mi libreta.