Racó literari
CALLEJÓN SIN SALIDA
Es mi compañera, Sara. No la había visto venir.
-Ya sabes cómo soy-respondo, argumentando el viaje al mundo de mis
pensamientos.
-Todo un clásico-añade ella. Se sienta enfrente de mí y, pocos minutos
después, el mismo chico que me ha atendido a mí lo hace con mi
compañera.
Así empieza entre nosotros una charla interminable, acompañada de
risas eufóricas que llaman la atención de los demás presentes, mientras
Sara y yo nos acabamos el desayuno. De pronto, su móvil empieza a
sonar.
-¿Sí?-pregunta al teléfono.- Está bien, vamos para allá- añade después de
una pausa escuchando a su interlocutor.
-¿Y bien?- pregunto.
-Era el comisario Ángel. Ha habido un asesinato.
Tras estar más de una hora en el coche por culpa del tráfico, nos
introducimos en un callejón sin salida rodeado de cinta policial.
La callejuela parece más antigua que el resto de las calles de esa zona. Un
par de contenedores grises se hallan en un rincón, pero, pese a su
presencia, hay botellas vacías y bolsas de plástico tiradas por el suelo.