retocándose el maquillaje, mirándose por un pequeño espejo, hasta
que vio a alguien en el reflejo. Alarmada, se levantó y avisó a los
demás, pero nadie la creía, era muy dramática a veces. Pero estaba
tan segura que al final decidió volver a la cabaña. Se sentía rara
con lo que acaba de pasar y todos aquellos juguetes colgando,
como si siempre te estuvieran mirando.
Había escuchado la historia de este sitio, todos los que venían
nunca salían, oían voces, pasos y luego morían ahogados en aquel
lago.
De pronto se oyó un sonido muy fuerte, como un disparo y todos se
reunieron y se preguntaron qué pasaba.
Una melodía de nana muy suave
empezó a sonar, con sus corazones
latiendo con fuerza buscaron de dónde
provenía, hasta que lo encontraron, era
de una de las muñecas, que estaba arriba de ellos en un árbol
colgando y parecía que te hipnotizaba, no podías dejar de verla.
- ¡No puedo ver!- Rose decía, alejada, yendo hacia el lago. Sin
darse cuenta de que los otros también iban por el mismo camino.
- ¡Yo tampoco!- dijo seguidamente John. Poco a poco los 6 chicos
dejaron de ver, como si estuviesen ciegos sin razón alguna.
El sonido de alguien cayendo al agua llamó la atención, se
empezaron desesperar.