Racó literari
HISTORIA DE UNA ASESINA
había un problema: Olivia y Ángel se entendían muy bien con los padres del muchacho. Muchas veces se juntaban por las tardes a tomar el té y charlaban de sus cosas.
Una tarde, Carolina Páez y Pedro Moreno, junto a su hija Nerea y su hijo Luis, visitaron a la familia de Olivia y Ángel. Mandaron al chico a jugar con Anaïs así que, juntos, se adentraron en la enorme casa.
Pasado un rato, mientras tomaban unas pastas en el jardín, los cuatro amigos y las tres niñas( Helena, Julia y Nerea) vieron caer a Luis desde una ventana. Nadie creyó a Anaïs cuando les dijo que ella no lo había hecho( quería matarlo y lo consiguió), porque todos sabían que los niños habían estado solos en el dormitorio de la pequeña de la casa.
Este era bastante grande. Justo al lado de la cama había una puerta diminuta de color verde menta, que te permitía ir a cualquier habitación de la parte superior de la casa si no querías pasar por la puerta de entrada.
Después de dejar caer a Luis por la ventana y verlo precipitarse a una muerte segura, Anaïs se introdujo por la puertecita( que era del tamaño del enano más pequeño del mundo, por cierto) y la cerró. Sus padres la encontraron acurrucada en la habitación del otro lado, y ella les explicó que era imposible que lo hubiese matado debido a que ni siquiera se encontraba con él. Pero esto no convenció a nadie; Anaïs no había sido lo suficientemente astuta como para alejarse una distancia prudencial de la puerta verde, así que era evidente que había pasado por ella. Su segundo error fue gritar que Luis se había caído. Para empezar, el muchacho no era lo bastante alto como para caerse por la ventana