Skapa't Juny | Page 24

color, negro en su totalidad, más negro que el más profundo de los pozos, y más negro que la noche más turbia sin ninguna luna ni estrella; y sus ojos, sus enormes y blancos ojos, unos ojos que brillaban y parecían linternas, sin rastro de pupila, ni expresión, ni vida. La criatura estiró su largo brazo, y con su enjuto dedo acabado en punta acarició la máquina, hasta llegar a la tapa y cerrarla, haciendo que la caja de música cesase su melancólico canto y hacer que la lluvia y los truenos ocupasen su lugar, acto seguido, con parsimonia y tranquilidad, él puso en el bolsillo de la niña aquel dorado artefacto. A pesar de sus terribles heridas, ella continuaba luchando contra la muerte y respiraba. Con delicadeza, uno de sus tentáculos envolvió a la chica y la elevó, comenzó a caminar lentamente y con cuidado, hasta llegar a la carretera, donde se encontraba un coche destruido con dos cuerpos ensangrentados y muertos. El tentáculo dejó a la chica al lado del coche, con la misma delicadeza con la que la envolvió. La criatura se quedó a su lado, de pie y encorvado como siempre, a la espera de cualquier ayuda que tarde o temprano llegaría. El tiempo pasaba, la lluvia cesaba, las nubes escapaban, y la enorme luna ahora liberada de las lúgubres nubes, se vio desplazada en la cúpula celestial gracias al paso del tiempo. Cerca del amanecer, cuando el cielo dejó de ser oscuro y se comenzaba a convertir en rojo por el este, otras luces rojas se veían en el horizonte, unas luces intermitentes que se acercaban acompañadas del estridente sonido de una sirena, el blanco vehículo con unas cruces rojas marcadas se paró frente a ellos, la acción pasaba y la criatura lo observaba todo allí presente, pero invisible, vio cómo las personas que acababan de llegar, se alarmaron y aumentaron la velocidad de sus actos cuando uno de ellos anunció que la chica estaba perdiendo mucha sangre, pero él ya sabía que hacía tiempo que la niña falleció y que aquellas personas harían un trabajo en vano. De pronto, la caja de música cayó del bolsillo de la niña, haciendo que se abra y se volviese a activar, llenando el lugar de aquella triste melodía, pero esta vez era un solo, no estaba acompañada de la sinfonía de la lluvia. Arnau Alarcón quart D’ESo Narrativa en català (primer premi) Pols cremada Era una tarda trista i malenconiosa. Estava asseguda al sofà. Aquell antic sofà de vellut verd fregava la meva pell. Desprès de tants anys en aquella casa, els records eren inoblidables. Els meus néts corrents, el meu marit acariciant-me la meva vella pell... tot el que m'envoltava tenia una petita història. Els meus llavis color carmí, el meu llarg i ros cabell, la finesa de les meves mans, la pell llisa... ara d'allò només queden uns llavis apagats, un cabell curt i blanc, i unes mans que semblava paper arrugat. És trist, tan com