Skapa't Juny de 2019 | Page 61

Está interpretada por Mercè Arànega, y sin duda ha sido la escena más culminante de la pieza. Antes de recitar su enigma, la actriz hace un increíble discurso lleno palabras soeces y expresiones misándricas, un conjunto que realmente hace creer al espectador durante el momento que no necesitamos nada de los hombres en nuestro mundo. Tras el sensacional monólogo, la mujer recita la incógnita, un tanto simple comparada con el resto de lo dicho. Eddy consigue adivinarlo sin problema, y eso lo convierte en el hombre que tanto había deseado ser. Al llegar a su hogar, lo celebra con su mujer en una escena erótica que ambos interpretan con la mayor de las pasiones. Esto puede llegar a incomodar a algunos espectadores, pero el talento de los artistas para simular esa intensa escena es lo más sobresaliente de la situación. Al día siguiente, la pareja decide invitar a los padres de Eddy a su mansión. Todo transcurre natural y fluidamente hasta que entra el tema del protagonista. La conversación emana de una manera que acaba obligando a los padres a confesar a Eddy que es adoptado y que fue víctima de la gran inundación del Támesis. En ese momento, el público se centra en la mujer, Sílvia Bel, quien interpreta de manera impecable la reacción al darse cuenta de que el amor de su vida es realmente su hijo, pues los perfiles de su hijo perdido y Eddy encajan perfectamente. Cae desmayada, y el gran Edipo encarna el final alternativo de la obra, el cual difiere del clásico original. Este, debido a su gran pasión y al amor que siente por su mujer y madre, decide romper con lo establecido y no dar importancia al hecho de que sea su progenitora, pues es un Edipo que opta por la felicidad y la pasión. Lucía García Solà 1º de Batxillerato B _____________________________________________________________________