Primer premi de 3r d'ESO en llengua castellana
MIS ÁNGELES DE LA GUARDA e scrit per la Selena Cerro Gómez
Mi psicólogo me dijo una vez que yo no era una persona estable. Lo comprobé el día
en que conocí a mis dos ángeles de la guarda.
Recuerdo estar en la barbería que yo misma abrí, afeitando la barba de un cliente de
aspecto joven, pero no más que yo. Sentía su mano sobre mi pierna desnuda a cada
rato, cosa que me alarmó, pero decidí acabar con mi trabajo para así cerrar el local e
irme a casa. De repente, recorrió todo mi muslo, ascendiendo y tocando el borde de
mis pantalones ajustados y yo, tan nerviosa como estaba, lo empujé con todas mis
fuerzas lejos de mí. El tipo cayó al suelo y, al levantarse, pude identificar la maldad
en su mirada, mientras se acercaba hacia mí con decisión. Quiso besarme con sus
labios impregnados en saliva, aunque yo lo veía como veneno. Lo volví a empujar y
cayó de nuevo, esta vez impactando la parte trasera de su cabeza contra el mueble
que sostenía el espejo. Vi sangre, mucha sangre. Y para no entrar en pánico, lo
limpié con mi camiseta.
Salí de allí corriendo, con mis manos manchadas e intenté cruzar la calle sin mirar y
a toda prisa. Un coche pegó un frenazo y se paró frente a mí. Fui a la puerta del
copiloto y entré con él. No me dijo nada, simplemente siguió calle abajo. Quería
romper el silencio y desahogarme, pero interrumpió mis pensamientos dándome un
pañuelo de tela. Me quité los restos de sangre que tenía en las manos y oí un fuerte
golpe en el capó del coche. Era otro chaval, rubio, delgaducho y con una cara muy
bonita. Mi compañero salió del coche y ayudó a entrar a este nuevo chico.
De pronto amaneció y paramos frente a una gasolinera para tomar un descanso. Al
abrir el maletero vimos una bolsa llena de dinero y quisimos gastarlo todo.
Dos días más tarde nos encontrábamos huyendo de la policía, quien nos perseguía
reclamando el dinero robado. En esos dos días me di cuenta de lo maravillosas que