Skapa't Juny de 2018 | Page 95

Racó literari Una anécdota misteriosa Hace unos cinco años, cuando nació mi prima, mis tíos decidieron organizar un viaje a una gran casa situada en la montaña. Acudimos toda la familia, en total éramos unas treinta personas. Aquel hogar era muy grande y tenía cuatro plantas plagadas de pequeños dormitorios. Se respiraba un ambiente de paz y naturaleza por todos sus rincones, que la convertían en un lugar muy acogedor. Todos los días, mis primos y yo salíamos a jugar a bádminton, a buscar plantas o piedras, a escondernos por el bosque, etc. En resumen, acabábamos agotados al final de cada jornada, y después de la cena, los niños se iban a su dormitorio y las niñas íbamos al nuestro. Aquella habitación era diferente a cualquier otra de la casa. No sabría decir bien por qué, pero el caso es que todas nos sentíamos menos cómodas allí. Las paredes estaban decoradas con retratos de personas del siglo pasado, que parecían mirarte fijamente allá donde estuvieras. Una de mis primas bromeó sobre uno de ellos, riéndose de su apariencia. Al día siguiente, cuando nos despertamos, el cuadro había cambiado de posición; el día antes, el señor de la imagen estaba orientado hacia la derecha, y al día siguiente lo hacía hacia la izquierda. Todas fuimos conscientes de ello, pero decidimos no darle importancia, puesto que era el último día y preferíamos pasarlo bien, cosas de niños. Lucía García Solà, 4º D