Skapa't Desembre 2017 | Page 78

Relatos al estilo del Romanticismo El altar de Amatista Cuando era pequeño me solía preguntar qué era lo que pasaba cuando una persona decidía dejar de vivir, es decir, ¿se considera el hecho de querer morir un pensamiento impuro? En ese caso, el Creador no podría enviar al suicida ni al cielo ni al infierno, porque esa vida ya no se encontraría en sus manos. Siempre me hacía las mismas cuestiones sin llegar a obtener ninguna respuesta que me acabara de convencer, hasta que llegó el día en que decidí compartir mi principal curiosidad con la persona más sabia que jamás he conocido, mi abuela Lena. Recuerdo perfectamente su reacción al escuchar mi peculiar intervención, pues acto seguido soltó una de sus tiernas carcajadas y accedió a contarme una historia que prometió no haber revelado a nadie antes, la cual cambió mi vida por completo, y no dudo que cambiaría la de cualquiera. Cuando era joven, Lena tuvo que empezar a ayudar a su hermano menor en su trabajo como pastor, puesto que él era un chico bastante débil y menudo, y el hecho de tener que cuidar él solo de un rebaño de semejantes proporciones como era el suyo se le hacía una labor lacerante y agotadora. Lena, en cambio, se lo tomaba como una vía de escape para observar y admirar la inmensurable belleza de los campos, los bosques y las sierras que asomaban sus cimas por encima de las nubes. Siempre pensaba en llegar a lo más alto más alto de la montaña que rodeaba el lago donde solía parar para que el rebaño bebiera de sus aguas cristalinas. Uno de esos días, avistó un desaliñado muchacho que aparentaba poco más que su misma edad, el cual llevaba un pañuelo que cubría su cara,