Skapa't Desembre 2017 | Page 55

Dioses del Olimpo ANIMALES Hacía poco que Poseidón, el Dios del mar, se había fijado en Artemisa la hija de su hermano Zeus y Diosa protectora de los animales. Ella solo tenía 19 años, pasaba todo el día jugando con la fauna, incluso, tenía un rebaño de vacas, veinte gallinas y treinta y dos ovejas, en el establo de su casa. Les daba de comer una por una y salían a correr y a pacer por el amplio campo. A veces jugaba con los peces, del mar de su tío, con los tiburones y con las tortugas. Ella era muy bella y se la veía feliz con todos los animales. Un buen día fue a bañarse al mar, pero un tiburón que competía con otro para ver quien se comía aquel pez, grande, gris y brillante, le dio un fuerte golpe a Artemisa con la cola. Ella salió disparada fuera del agua con la pierna sangrando. Poseidón que era muy observador y lo vio todo, lanzó un maleficio sobre su mar y empezó a formarse un gran remolino, que duró y duró... hasta que ella intentó incorporarse de la caída y vio lo que el mar (o su tío) hacía a aquellos animales. Artemisa se puso a llorar y él se dio cuenta de lo que había hecho no solo a esas bestias, sino también a su sobrina que, con la pierna herida, se puso en pie y le miró con los ojos llenos de ira y pena. Poseidón se disculpó y se ofreció a ir con su sobrina, cada día, para coger cariño y respeto hacia los animales. Así fue, él aprendió a respetarlos con ella y nunca más lanzó otro maleficio perjudicial para la fauna. Eso también mejoró su relación familiar. Berta Centelles Baró