Racó literari
Una prueba anormal
no lo comprendo. No parece ningún idioma, así que razono de manera matemática.
El número de las letras que hay son pares y cada dos, son de colores distintos.
Después de un buen rato pensando, recuerdo
que hace unos
meses, en
cuarto curso,
estábamos estudiando algunos elementos de la tabla periódica, pero yo me los
aprendí al completo, con sus números correspondientes. De repente todo cobra
sentido. Fe: Hierro (26), Rg: Roentgenio (111), Na: Sodio (11), Po: Polonio (84), At:
Estrato (85), Ra: Radio (88), Ag: Plata (47), Ni: Níquel (28). Escribo por orden los
números en la pantalla y, aunque pensaba que no sucedería, la caja se abre. De ella
surge el holograma de una mujer joven, de unos 25 años, de aspecto serio. De
pronto, se oye una voz tenue pero intensa:
-
Hola Jessica, te comunicamos que has concluido la prueba. Coge la llave del
fondo de la caja y dirígete hacia la puerta para encontrarte con nosotros.
¿Qué me encontraré con quién? Ahora sí que no sé lo que está pasando. Hago lo
que me dice, abro la puerta y recorro un pasillo largo y del estilo de la primera sala
en la que he estado, solo que mucho más nuevo. Al final de él, solo veo luz, y eso
me hace pensar en el tiempo que he estado allí metida. Al adaptarme a la claridad
de la sala, veo a un grupo de mujeres con batas blancas que no me dan demasiadas
explicaciones. Tal vez sea porque creen que soy diferente o especial y no saben qué
decirme al respecto; tal vez me han elegido al azar, sin razón alguna y tan solo es
una prueba cotidiana que pasa todo el mundo. Sea así o no, no me olvidaré de ello
por el momento y seguiré con mi vida, como si no hubiera pasado nada. Aunque no
sé si por mucho tiempo ya que las señoras de bata blanca no paran de mirarme y
cuchichear muy nerviosas y alteradas. La verdad es que no me importa, la prueba
ha concluido y ya he salido de allí dentro. A pesar de que estoy asustada por lo que
me pueda pasar, lo afrontaré con mis amigos que seguirán apoyándome pase lo que
pase.
Estel Marban y Sofía Fangano