Se te hará más difícil manejar física y emocionalmente los estresores de la
vida.
Ya sea que discutas con tu pareja, una fecha límite en el trabajo, o las
situaciones normales que ocurren en la vida.
Pero esa no es la peor parte. Son los pequeños estresores que se acumulan
con el tiempo los que causan el mayor daño en tu cuerpo.
Y es allí cuando las cosas se descontrolan.
Tiendes a ser más olvidadizo, a tener más dolores y molestias, menos
energía, una libido más débil, y antojos a comida chatarra.
Debido a esto, tu cerebro verá cualquier tipo de estresor exactamente igual.
Grande o pequeño. No importa. Y la única manera de combatir este constante
ujo de estímulos negativos es liberar cortisol.