Una de las señales más habituales es el cansando extremo a lo largo de
todo el día, incluso luego de una noche completa de sueño.
Y hay algunas otras señales de advertencia, como…
Antojos por alimentos
salados…
Somnolencia luego de los
ejercicios…
Depresión o cambios de
humor…
Un apetito sexual débil…
Una acumulación de depósitos
grasos parecidos al requesón
en tu cuerpo…
Mareo al ponerte de pie…
Y enfermedades que se
prolongan, como el resfrío
común…
Ahora, ¿cómo es todo esto posible?
Muy simple. Una de las principales hormonas producidas por tus glándulas
suprarrenales es el cortisol. Esta importante hormona de la supervivencia
ayuda a proteger tu cuerpo en tiempos de estrés.