Sin cadenas que te mancillen Sin cadenas que te mancillen_TEASER | Page 13
UN NUEVO MUNDO
—V elas rojas. Mala señal. Seguro que se derramará sangre
por culpa de esa goleta.
Un viejo pescador de barba canosa e indumentaria des-
gastada repasaba sus redes sentado enfrente de una sencilla
cabaña a la orilla del mar. Su comentario surgió de forma
espontánea y con tono tranquilo, como si fuera una evidencia
natural. A su lado se encontraba erguido un soldado que vestía
una raída casaca roja. Con rostro serio escudriñaba la nave,
apoyando ambas manos en un rifle plantado en la arena. Se
sorprendió de la frase del lobo de mar, pues hasta entonces
parecía prestar atención solo a su remiendo. El militar com-
probó con una mirada que el armamento de la nave visitante
no representaba ningún peligro. Luego respondió a su vecino
sin girarse:
—Qué supersticiosos sois los marineros. Sus velas son blan-
cas. Solo las vemos rojas debido a que viene del este. Sin duda
nos trae provisiones y otras mercancías necesarias. Nada de
desgracias como tú dices.
El aludido aspiró su pipa y le rebatió:
—Piensa lo que quieras, muchacho. Pero recuerda mi adver-
tencia. Esta nave nos traerá muchos problemas.