hacer. Compro el sobre y salgo volando del lugar sin mirar mucho los carteles de ofertas porque el camino es largo y el presupuesto muy corto.
¿Que hace el peregrino cuando no está recorriendo el camino? Obviamente sale a caminar para conocer los lugares, es una ciudad realmente grande y me encuentro un tanto cansado pero me tiene atrapado, me siento muy a gusto en este lugar así que decido seguir recorriendo y buscar un lugar en donde subir algunas fotos.
Procuro preguntarle a algún pamplonés para no seguir perdiéndome y me manda a uno cerca del albergue. Para mi sorpresa en la vidriera del locutorio hay muchos productos de origen sudamericano, entre todos resalta el paquete amarillo y verde de Yerba Mate Canarias", sin dudas por pocos que seamos los uruguayos estamos en todos los rincones.
Igualmente yo soy de los pocos uruguayos que no tienen el vicio del mate así que sigo investigando en busca de un buen tarro de dulce de leche pero no tengo suerte. Entro, me compro leche achocolatada y una barrita de chocolate mientras utilizo el pc.
Cuando vuelvo al albergue mis compañeros se estaban aprontando para salir a comer algo en alguno de los pintorescos bares del lugar, me preguntan si quiero acompañarlos y sin pensarlo mucho me uno a ellos, también se nos unen una estadounidense y un alemán que habíamos conocido en la fila para ingresar al albergue, por suerte hablan bastante bien el español. Después de deambular por la ciudad que a esta hora ha cobrado mucho movimiento de personas paseando y desbordando los bares encontramos un lugar llamado "Café Bar Gaucho", mientras amablemente intentaba explicarles lo que era un gaucho los obligué a entrar ahí, Michelle y los nuevos aceptaron con ganas mientras que Cathal y Kirstin siguieron su rumbo, obviamente no les dijimos nada porque seguramente necesitaban estar un rato solos.
Ya adentro del bar y luego de un par de "cañas" (vasos de cerveza) me acerco y le pregunto a la simpática cantinera por qué se llamaba así el lugar, me cuenta que los primeros dueños eran de origen Argentino y como el lugar es bastante tradicional y con bastante historia en la ciudad no se lo habían cambiado. Ojeo los pinchos (pequeña rebanada de pan sobre la que se coloca una pequeña ración de comida) y las tapas (aperitivos) muchas cosas raras que jamás había probado pero lo que más me llamó la atención fue tostada de foie a la plancha (hígado), anguila ahumada con gelatina de tomate o erizo
con txapela de algas marinas. Probé el erizo que era tentador a simple vista pero no me gustó demasiado por lo que me pedí una buena porción de tortilla de papas, una real debilidad para mi estómago. Pasamos una linda noche en una hermosa ciudad, de todas formas ya me he acostumbrado al camino. a pueblos con poca gente y tránsito