Hoy ya es miércoles 14 de noviembre y son las 18:15. La gran estampida estaba planeada para las 18:30. Cada ciudadano, en cada una de las ciudades, estaba plantado detrás de su reja del frente; los que no tenían frente, se atrincheraron detrás de las puertas. Ya son las 18:25. Me siento afligido por el acontecimiento, la sangre me tiembla, mis ojos se mueven deprisa y un tic infernal se apodero de mis piernas.
Estoy arriba de un árbol, esperando. Observo a los callejeros rondar las plazas, caminar lento y distendido por las calles, sin mutarse, aparentemente, del acontecimiento.
Estoy ansioso y deprimido, pienso en el fin de la especie, en mi fin, en el dolor.
Me atormenta el aparente desconcierto de los callejeros, su vulnerabilidad.
Son las 18:28 y no soporto más.
Les grito - ¡¡sí, esto es por el amor!!. - ¡¡Guarda!! ¡¡Corran por sus vidas!! ¡¡Ahí vienen!!.
Y como la voz de un dios, mi voz se abrió paso por entre las ramas y las hojas.
Tendrían que haberlo visto! Todos corriendo como salidos de un hormiguero pisado. Los callejeros gritando la advertencia a todos los pares que se cruzaban en el camino, se codeaban, parecía una competencia de posta.
Mientras que los ciudadanos los corrían, desesperados, enajenados, enfermos.
Todos con sus utensilios y herramientas en la mano.
Parece estar todo terminado, pensé. Pero no, de pronto me acorde de un detalle.
Sí! Los infiltrados, los actores; sí, ellos.
Y sin poder terminar de razonar, veo desde el horizonte, puñados de ellos, junto a millares de los otros, callejeros. La escena es fantástica; pero triste, una guerra triste.
Y esa era la escena, así pude acomodar las fichas en el tablero, razonando.
Ellos, los ciudadanos se habían olvidado de dos gravísimos detalles:
1- Del papel traicionero, consiente, descarado, pero humano que tienen los actores, los infiltrados, esos que no respetan la ley.
2- El destino terrenal, de supervivencia que tienen los callejeros; que gracias a los números, esos de cantidad, formaron tanta masa y fuerza que ganaron la batalla final.
TRES
MARCIANO
"Si te dan un papel pautado, escribe por detrás" - Higeniol