Pero bueno no todos pensamos igual, porque no vivimos igual. No se, yo voy contento con mi bienestar y aunque suene egocéntrico, no me importan los demás, en este caso, por supuesto.
Los que más me divierten son los niños, les doy el asiento de onda y no sabes lo felices que se ponen. Y que les parece, para ellos viajan gratis, salen a pasear, no se preocupan por nada más, solo por no llegar, como yo. Deberían verlo, señoras y señores, deberían.
Y a las princesas, de más edad, esas que seguro no se les escapan, vestidas como de gala pero a lo normal. Deslumbran de enserio verlas pasar o quedarse a un costado.
Ni hablar de los roces, que por supuesto, son pura casualidad. De esas pieles rellanas de leche materna, quién puede pedir más?.
Y los hombres, de más, trabajadores. Otros tantos chantas, digamos, también, lo normal.
Esto es un universo sobre ruedas, todos diferentes en la vida diaria y tan iguales al profundizar.
Por más que hayan intelectuales leyendo palabras sabias y delincuentes y drogadictos, somos todos iguales acá.
Y me estoy yendo a la mierda con la chachara y ya ves, estoy acá también!.
Pero siempre hay algo más para decir sobre estas bellezas del mundo, así que retomo.
Que me cuentan de los viejos?. De ellos, que los toman para cobrar sus jubilaciones, o solamente pasear; a lo mejor tener a quien mirar o visitar fuera de la cueva y en el mejor de los casos tener con quien hablar.
Pero esto se termina acá porque el cuento es largo y la vida diaria no te deja en paz, encima me tengo que bajar. En conclusión, espero viajar por el resto de mis años. Y si en algunos de estos afiebrados días, sube el chancho, pidámosle, roguémosle, recémosle, todos juntos que no me hagan bajar.
"El mejor vuelo sin alas, es sobre ruedas" - La Bici