Empiezo a sospechar cuando el régimen sistemático que nos rige, exige creer que hay cosas extrañas, y nos prohíben cruzar ciertos límites ideológicos. Nos trazan una línea imaginaria, que cuanto más inexistente, más invisible e intangible se torna; más poderosa es.
¿Qué pasaría si al despertar un día, nos encontráramos con que volvimos a nacer, con la formula de un ser nato, pero adulto; si contáramos con una memoria de capacidad ilimitada, completamente nueva y pura?. Entonces, ¿Serían tan raras y cuestionables las existencias?. ¿Qué existe detrás de la nada?.
Bien, no podemos negarlo; la mayoría de los seres humanos hemos presenciado en algún momento de nuestra existencia participativa (en la línea infinita del tiempo), un hecho que excede la lógica de esta abundante y empalagosa, asnada y mediocre: “vida normal”.
Para que el marote del lector comprenda de qué estamos hablando utilizaremos palabras que los habitantes reales han adaptado fácilmente a su vocabulario; esto es un “caso paranormal”. Jajajaja. Bueno, dejémoslo ahí.
Tal vez, no nosotros, pero si preguntamos al primo, la tía o la nuera del cuñado; relataran con aire de sorpresa lo acontecido en un instante de su tiempo.
¿Y si nos preguntamos mejor?