Semillas
Educativas
Hay que tener en cuenta que
cada reunión debe arrojar resul-
tados positivos y por lo tanto la
adquisición de compromisos fu-
turos, despertando en los niños
valores fundamentales, como la
fraternidad y tantos otros. Pero
esto depende, de quienes los di-
rigen y orientan, de ahí que sea
trascendental el conocer para
qué es y cómo funciona el grupo
de Infancia Misionera, para po-
der tener en cuenta un enfoque
personal del mismo y enseñarlo,
como se prepara una clase con
lujo de detalles.
Organización de
la infancia misionera
En cada Diócesis deben florecer
los grupos de Infancia Misionera
y el señor Obispo ha de avivarlos
permanentemente, motivándolos
y participando en la consagración
de los niños a la Obra Pontificia.
Como es sabido, la máxima auto-
ridad en el mundo de la Infancia
Misionera es el Papa, pero él ha
delegado en otros colaboradores,
su acción y en cada diócesis, la au-
toridad principal es el señor Obis-
po, quien ordinariamente obra a
través del delegado diocesano,
quien él mismo nombra, para que
coordine y le informe acerca del
trabajo que se está realizando con
los niños en cada una de las pa-
rroquias y escuelas de la ciudad.
Igualmente, el Coordinador o De-
legado, orienta y busca ayuda en
los asesores, los sacerdotes párro-
cos, los rectores de las escuelas y
colegios, para que allí se formen
los Grupos de Infancia Misionera.
En una estrecha relación obis-
po-delegado diocesano-párroco
rectores-laicos, habrá una ver-
dadera cadena misionera, siendo
los ganadores indiscutibles del
proceso organizacional: Los ni-
ños. También, hay que tener en
cuenta que los grupos de Infancia
deben funcionar muy unidos a la
parroquia, y por eso, la necesidad
permanente de estar consultando
con el párroco y pidiendo colabo-
ración en todo sentido a él, para
que los oriente.
Algunos apartes de esta sección fueron tomados de diferentes obras literarias, no son
propiedad intelectual del autor de esta obra (Semillas educativas.).
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