Semillas educativas Semillas Educativas- José Orlando Salazar Duque | Page 183

Semillas Educativas 2. El sentido de la navidad «El misterio de la encarnación (Anunciación, Navidad y Epifanía) conmemoran el comienzo de nuestra salvación y nos comunica las primicias del misterio de la Pascua.» Catecismo de la Iglesia Católica. 1171. La realidad de Jesús, su naci- miento, obra y misterio se formu- la a partir del anuncio, de la expe- riencia del Dios Padre que quiere mostrar a los hombres su inmenso amor y regalarles a su hijo eterno, para que seamos nuevos, y apren- damos a conocer la misericordia divina y sintamos su presencia en todo momento y lugar y no nos desorientemos con falsas ilusio- nes del mundo terrenal. Con el nacimiento de Jesús cul- mina la primera parte de la His- toria de la Salvación, se cierra el Antiguo Testamento, se sella para siempre la promesa de amor y unidad que Dios le había prome- tido al hombre desde los mismos albores del mundo. El nacimiento de Jesús se expre- sa como un «HOY» de salvación eterna, de vivencia de la bondad y la comprensión universal de la lengua del amor, de la salvación, con demostración de la pobreza, miseria y dolor, pero con un alto sentido de valor y reafirmación de la importancia de ser perso- na y pertenecer a dicha obra por extensión desde la misma forma- ción del mundo. La Navidad tiene por tanto un alto sentido, y nos empuja a ser nuevos y a brillar en la verdad. «El que no naciere conmigo, no tendrá vida con el Padre» nos dice Jesús, por- que, Él, es la prolongación de ese Padre bueno, que ha venido ac- tuando a través de los siglos, con su manto protector, deslumbrando al mundo con su bondad y su infi- nita misericordia. Jesús es el sím- bolo de la Navidad, es el sentido del mundo, por eso ya San Pablo lo afirmaba: «Si Jesús no hubiera resucitado, vana seria nuestra fe». Es decir; qué importancia tendría entonces que existiera el mundo, sin el Hijo de Dios, retornaríamos a un pasado sin luz, en donde el pe- cado y la oscuridad nos invadirían por completo, ahogándonos en el mar de averno. Con la celebración de la Navidad, recuperamos el carisma de la fra- gilidad amorosa, pero con un alto sentido de la valentía, porque Je- sús no es cobardía, sino sencillez, donación total y entrega absolu- ta. Su actitud de obediencia, de rechazo al pecado y de acepta- ción a sufrir y dejarse hacer todo lo que quisieron los judíos no es indicio de derrota ni mucho me- nos de debilidad. Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera desde la escuela. PhD José Orlando Salazar Duque. 183