Semillas
Educativas
ción salimos al encuentro de Dios,
cuando aborrecemos el pecado y
nuestro corazón siente el llamado
a la conversión y al perdón.
En el Sacramento de la Eucaris-
tía recibimos a Cristo pan y vino,
quien nos invita a participar de su
mesa y hacernos amigos suyos
con su presencia viva, en el forta-
lecimiento del perdón. Por medio
de la confirmación, nos volvemos
testigos de Cristo, sentimos la
fuerza del Espíritu Santo y salimos
a anunciar el inmenso reino de
amor que nos ofrece.
En el sacramento del Orden Sa-
cerdotal, Cristo nos invita a ser
reflejo de su Iglesia, a seguir for-
mando la comunidad cristiana, a
elegir a sus Ministros al estilo del
sacerdocio de Melquisedec, con
un corazón nuevo, lleno de Espí-
ritu y de caridad fraternal. Ellos,
al igual que todo Bautizado, que
se fortalece con la esencia del Es-
píritu Santo, proclaman la verdad
acerca de Jesús.
la terminación de la vida (muerte)
no es el final, sino el comienzo de
una más fructíferas y más alegre
que la primera, puesto que Cristo
nos está esperando con los bra-
zos abiertos. Así, la unción de los
enfermos es un sacramento de la
esperanza, la confianza y el amor
de Dios a los hombres y que con-
siste en la aplicación del bálsamo
santo, del oleo del perdón y la re-
conciliación y es la señal de que
Cristo no está lejos de nosotros,
ni siquiera en el último momento
de nuestras existencias.
El conocimiento y vivencia de los
sacramentos, su recibimiento y
participación de los mismos, es la
mayor celebración que podemos
hacer en nuestra vida católica, de
cristianos, de bautizados, Ellos son,
el florecer a un camino lleno de fe y
esperanza para el hombre, en don-
de se desborda el amor de Cristo
por la humanidad, donde viene
la esencia divina para volvernos
nuevos.
En el sacramento del Matrimonio,
tanto el hombre y la mujer, viven
una íntima comunidad conyugal de
vida y amor. Es la integración al ser-
vicio, a prolongar a Cristo en la vida
de los hijos con el buen ejemplo. A
través del matrimonio recogemos
el amor de Jesús, formamos los
hijos en la seguridad de un hogar
fuerte y digno de respeto.
Por último, en el sacramento de
la Unción de los enfermos, reco-
nocemos que Cristo es nuestra
esperanza, que la enfermedad y
Semillas educativas. Orientaciones didácticas para la formación de la Infancia Misionera
desde la escuela.
PhD José Orlando Salazar Duque.
171