SEGURIDAD PROFESIONAL | Page 17

En 1895, Kürten se mudó junto con su familia a la ciudad de Düsseldorf. No había dejado la zoofilia y constantemente tenía sexo con borregos, cabras y cerdos. También se masturbaba de manera compulsiva. Se transformó en un acosador y molestaba frecuentemente a sus hermanas menores, de quienes seguía abusando, y a sus compañeras de escuela.

A los catorce años, Peter Kürten se fugó de su casa. Vagó por caminos y pueblos cercanos, asaltando a las jóvenes que encontraba a su paso: las golpeaba, las violaba y les quitaba el poco dinero que llevaran encima. Un año después volvió a su casa y consiguió trabajo como aprendiz de moldeador, el mismo oficio de su padre, a quien odiaba. Cometió un robo en su nuevo trabajo y tuvo que salir huyendo. Dejó Düsseldorf y se estableció en Coblenza, donde conoció a una prostituta que practicaba actos de violencia y perversión; ella le enseñó muchas cosas sobre el sexo sucio. Al poco tiempo fue arrestado por robo. Permaneció en prisión hasta 1899, yéndose a vivir con otra prostituta masoquista que le doblaba la edad.