Al comienzo de las investigaciones sobre los responsables de este hecho de lesa humanidad, fue señalado el político liberal César Pérez, quien pertenecía al partido liberal. Sin embargo, fue hasta el 15 de mayo del 2013 que la Corte Suprema de Justicia sindicó a Pérez como el autor intelectual de esa masacre, y fue condenado por los delitos de homicidio múltiple agravado, lesiones personales agravadas y concierto para delinquir.
La corte señaló que este político se había aliado con Henry de Jesús Pérez, un jefe paramilitar del Magdalena Medio, y Fidel Castaño para ejecutar el crimen, “dado el interés político del líder liberal de recuperar ese municipio que otrora había sido su fortín político” (Revista Semana, 2013)
Sumado a lo anterior, a lo largo de los años se ha señalado una responsabilidad a las Fuerzas Públicas por omisión. En 1988, la Revista SEMANA aseguró que “existen numerosos testimonios según los cuales, durante la hora y media de sangre y fuego, no se vio un uniformado en cuadras a la redonda. Y se sabe que ni el puesto de Policía ni el Batallón Bomboná, a poca distancia del lugar, fueron blanco del ataque”.
En el piso es dejado el féretro de una de las cuarenta y tres personas asesinadas en la masacre de Segovia, el 11 de noviembre de 1988, tras una alarma de que habían retornado los paramilitares al pueblo. (Foto: Manuel Cepeda, Voz).