David del Bass, Alejandro Gálvez, Álvaro Reyes
Porque claro, si se enteraba a lo mejor se enfadaba, y luego no habría forma de volver a casa.
Espero que con esta historia hayas podido ver cómo el mismo día, en el mismo lugar, a la misma hora, en el mismo contexto, con las mismas oportunidades, con la misma chica, uno que sabía hacer que suceda( a pesar de estar malísimo esa noche) pudo hacer que la rubia le comiese la polla.
Mientras que el amigo taxista, que las conocía mejor, las traía y llevaba, las escuchaba, etcétera, estaba solo como un perro en la barra sin poder beber nada mientras que ellas estaban pasándoselo bien en la pista de baile o dando vueltas por la discoteca para ver qué tío les cuadraba.
Yo sinceramente me divierto más siendo de los hombres a los que les comen la polla que de los que les hacen de taxi y luego acaban haciéndose una paja llorando en la cama.
Pero esta historia tiene un final feliz para todos, para Alejandro porque ha aprendido a hacer que las cosas sucedan a pesar de no ser un guapo al que las chicas se le regalan.
Pero también tiene final feliz para ti, porque después de leer este libro nunca más volverás a ser el taxista de turno que tiene que ir de vuelta a casa en el coche con las amigas cotorreando y apestándoles la boca a la polla de otro.
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