David del Bass, Alejandro Gálvez, Álvaro Reyes
Shirley: No, que va, está bien( y me sonrió)... ¿ cuándo puedo instalarme?
Y Shirley se instaló esa misma noche.
Ahora puedo decirte que después de un mes viviendo juntos me di cuenta de que si ella me hizo esa pregunta el primer día no fue porque le preocupara que yo llevara a casa chicas de una noche.
Lo que le preocupaba era que a mí me molestara que ella hiciera eso mismo con los chicos( cosa que hizo más que habitualmente y por supuesto que no me importó).
Pero claro, supongo que pensó que decirme de una manera tan clara y directa que se iba a follar a un tío distinto cada finde me habría hecho pensar mal de ella, o incluso que podría perder la oportunidad de vivir en un piso tan acogedor con un compañero tan genial, y por eso decidió continuar usando su máscara social.
Esa máscara social que como te decía, se ponen las mujeres para que todo el mundo siga pensando que a ellas NO les gusta el sexo.
Sin embargo, a los dos o tres días de estar viviendo juntos empecé a ver la realidad.
Aquella tarde me desperté de la siesta y fui a la cocina a por algo de beber, en el salón estaban mi nueva compañera de piso y algunas de sus amigas, y mientras yo estaba con la
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