SBS 2018 Subsidio Semana Buen Samaritano 2018 | Page 5
1. «Este pobre gritó y el Señor lo escuchó» (Sal 34,7). Las palabras del salmista
las hacemos nuestras desde el momento en el que también nosotros estamos
llamados a ir al encuentro de las diversas situaciones de sufrimiento y marginación
en la que viven tantos hermanos y hermanas, que habitualmente designamos con
el término general de “pobres”. Quien ha escrito esas palabras no es ajeno a esta
condición, sino más bien al contrario. Él ha experimentado directamente la pobreza
y, sin embargo, la transforma en un canto de alabanza y de acción de gracias al
Señor. Este salmo nos permite también hoy a nosotros, rodeados de tantas formas
de pobreza, comprender quiénes son los verdaderos pobres, a los que estamos
llamados a dirigir nuestra mirada para escuchar su grito y reconocer sus necesidades.
Se nos dice, ante todo, que el Señor escucha a los pobres que claman a él y que
es bueno con aquellos que buscan refugio en él con el corazón destrozado por la
tristeza, la soledad y la exclusión. Escucha a todos los que son atropellados en su
dignidad y, a pesar de ello, tienen la fuerza de alzar su mirada al cielo para recibir
luz y consuelo. Escucha a aquellos que son perseguidos en nombre de una falsa
justicia, oprimidos por políticas indignas de este nombre y atemorizados por la
violencia; y aun así saben que Dios es su Salvador. Lo que surge de esta oración
es ante todo el sentimiento de abandono y confianza en un Padre que escucha y
acoge. A la luz de estas palabras podemos comprender más plenamente lo que
Jesús proclamó en las bienaventuranzas: «Bienaventurados los pobres en el
espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos» (Mt 5,3).
En virtud de esta experiencia única y, en muchos sentidos, inmerecida e imposible
de describir por completo, nace el deseo de contarla a otros, en primer lugar a los
que, como el salmista, son pobres, rechazados y marginados. Nadie puede sentir-
se excluido del amor del Padre, especialmente en un mundo que con frecuencia
pone la riqueza como primer objetivo y hace que las personas se encierren en sí
mismas.
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