SBS 2018 Subsidio Semana Buen Samaritano 2018 | страница 24

Un samaritano también pasó por aquel camino y lo vio; pero éste se compadeció de él. Se acercó, curó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; después lo montó sobre el animal que traía, lo condujo a una posada y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente sacó dos monedas y se las dio al posadero diciéndole: “Cuídalo, y si gastas más, yo te lo pagaré a mi vuelta.” Jesús entonces le preguntó: “Según tu parecer, ¿cuál de estos tres fue el prójimo del hombre que cayó en manos de los salteadores?” El maestro de la Ley contestó: “El que se mostró compasivo con él.” Y Jesús le dijo: “Vete y haz tú lo mismo.” Palabra del Señor. 3. Catequesis sobre “el cuidado” Mientras «labrar» significa cultivar, arar o trabajar, «cuidar» significa proteger, custodiar, preservar, guardar, vigilar. Esto implica una relación de reciprocidad responsable entre el ser humano y la naturaleza (LS 67). En la Biblia la actitud de cuidar se relaciona con la vida cotidiana y con las personas que nos rodean. No podemos obviar que en la concepción del ser humano que se desprende del judaísmo nos encontramos con una dimensión que es clave para comprendernos como personas, como creaturas y como miembros de una sociedad. Esta dimensión se refiere a nuestra capacidad de establecer relaciones con Dios, con los hombres y mujeres y con toda la demás obra creada. Desde esa dimensión social podemos valorarnos desde el nivel individual y el nivel social y al observar las consecuencias de nuestras acciones podemos comprender que necesitamos mejorar para que nuestra vida personal y social sea más plena. Como ya nos ha enseñado el papa Francisco en el numeral 5 de Laudato Si´: Toda pretensión de cuidar y mejorar el mundo supone cambios profundos en «los estilos de vida, los modelos de producción y de consumo, las estructuras consoli- dadas de poder que rigen hoy la sociedad». El auténtico desarrollo humano posee un carácter moral y supone el pleno respeto a la persona humana, pero también debe prestar atención al mundo natural y « tener en cuenta la naturaleza de cada ser y su mutua conexión en un sistema ordenado » (SRS 34).8 Por lo tanto, la capacidad de transformar la realidad que tiene el ser humano debe desarrollarse sobre la base de la donación originaria de las cosas por parte de Dios (CA 37). 24