SAYENCO SEPT 13 Sept. 2013 | Page 27

DESENGAÑO CROMÁTICO Aquellas promesas escolares, las de nuestra primera cartilla, que las casas serían blancas, la hierba -o "yerba", que también era correcto- verde, el cielo y la mar, azules y que la luna, pura, brillaría en la limpia noche, junto a las titilantes estrellas, nunca llegaron a verse cumplidas. Nuestra madre nos mimaba, eso sí, y lo cierto es que nunca logramos reunir pruebas para negar categóricamente que la luna se llame Lola y el sol, Lorenzo. pero la verdad es que jamás pudimos comprobar de qué color era de verdad el cielo, ni la luna, ni las estrellas. Supimos, sin embargo, que las casas de la otra acera, nuestro único paisaje, son grises y que llenan nuestra mirada solo con ladrillos, cemento y cristales. En cuanto a la yerba -o "hierba", que también es correcto-, nunca la pisamos y a la mar, la pobre, tan grande y femenina, le han salido pecas. Negras, que no azules. Marisa Gutiérrez