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SAYARI Año I Ed. 01 Junio 2017 ALDO MARIÁTEGUI Y SU REFRITO OCTAVO ENSAYO Hugo Chacón Málaga Oficiar de abogado defensor de la izquierda, que notorios errores y deficiencias posee e intercesores propios tiene, no es el motivo de esta nota. Me promueve comentar un aspecto del Octavo ensayo: sus ataduras con una forma extraviada de pensar e imaginar el país, aquella que por siglos no ha podido construir una nación en este territorio no obstante que aquí, milenios antes, existió una o varias con suficiente prosapia como para ser considerada entre las civilizaciones sin par de la humanidad. El ensayo se nutre de las mismas ideas de sus conservadores, cuando no reaccionarios, antecesores, y también se ubica en el vecindario de formulaciones contemporáneas, como ésta de Vargas Llosa que, en términos culturales, y étnicos, qué duda cabe, se pregunta: “¿Forma parte América Latina de Occidente?, o es algo distinto, como China, la India o el Japón? para después, completar: “En mi opinión América Latina es una prolongación ultramarina de Occidente…” ¿Acaso no es excesivo el tiempo para seguir insistiendo en una falsedad que ha sido el sustento de errores y extravíos que explican mucho de esta realidad de miserias morales, económicas y sociales? Las ideas del ensayo claro que no abordan estas reflexiones, debemos reconocerlas en el sustrato más íntimo de sus párrafos. Por eso rechaza todo lo popular, lo nativo, andino y, por añadidura, a todos los dirigentes y organizaciones sociales que en algún momento dirigieron el eterno descontento del inmenso conglomerado de pueblo que muchas veces ha actuado por intuición y otras sobrepasando a sus malos intérpretes. Esta raigal matriz de pensamiento lo hace ignorar que todos los desórdenes sociales han sido siempre para construir un orden superior que supla la incapacidad de sus ancestros ideológicos para alejar a los peruanos y peruanas del espacio de “desconcertadas gentes” que habitamos. Este troquel le impide reconocer que toda la violencia expresada o contenida han sido siempre hechos definitorios de las grandes orientaciones de la sociedad en los últimos decenios y ha hecho posible, con todas sus limitaciones, una sociedad más acorde con la estatura humana. Mariátegui luce el mismo linaje y la misma constitución de sus pares oligárquicos, porque, como ha sido ya estudiado, las mentalidades tienen un ritmo distinto de transmutación que los fenómenos sociales y políticos. Por eso aún tenemos gamonales sin haciendas y 7