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11 DE SEPTIEMBRE DÍA DEL MAESTRO Acto del día del maestro, discurso de la docente Mariela Hemos pasado de todo un poco. Los vaivenes de nuestra historia como pueblo, como país, como sociedad, tienen siempre una descarga sobre la educación. Pero somos un barquito. Y en este mar har maremotos, tifones, tormentas, monstruos marinos y nubes en el cielo con malos presagios. Y nuestra escuela es un barquito en la marea, navegando contra la corriente, un barquito que sale a flote en la adversidad. Desplegamos nuestros guardapolvos como velas, la brújula apuntando al sur, que es nuestro norte, las manos bien agarradas y allá vamos. Nada de lo que hacemos aquí adentro, lo hacemos en soledad. Todos somos tripulantes de la misma nave: niños, familias, auxiliares y docentes. Acá nos mojamos todos con la misma ola, acá nadamos todos y aprendemos a leer en las estrellas de nuestro rumbo. Aprendemos, sí, los maestros aprendemos, no sólo enseñamos. Aprendimos de nuestros mejores maestros que vale la pena seguir, que no importan las dificultades porque la tarea que elegimos, es inmensa, es incomparable, es grande como el océano. Aprendimos de maestros como Luis Iglesias, que en una escuela rural allá por Tristán Suárez, supo que la escuela quería decir palabra y que la palabra se construye con la participación protagónica de los niños. Aprendimos de un maestro brasileño llamado Paulo Freire, un viejito de barba con anteojos, muy simpático, que pensaba que la escuela nos tiene que hacer libres, su pensamiento se mantiene actual porque rescato los saberes propios de quienes aprenden como base para construir un conocimiento que genera dignidad y conciencia del mundo. Aprendimos de las hermanas Cossentini que entendieron que el pensamiento racional y el pensamiento creativo se dan lugar enla escuela y que necesitamos del arte para explicar el mundo, y que los niños y las niñas no pueden ser más que los motores fundamentales de ese mundoescuela.