12. Un campeón se esfuerza por ser feliz
Esa tarde, mamá regreso conmigo a la casa. Dormimos juntos
en la cama de la habitación principal. Como un niño pequeño, lleno
de amor y gratitud, me dejé abrazar por ella; sin embargo, en la
noche la escuché llorar.
A la mañana siguiente desperté tarde; todo estaba reluciente.
Mamá había limpiado la casa y preparado un sabroso desayuno.
-Buenos días -la saludé -. ¿Por qué estás tan contenta?
-En realidad –contestó -, anoche me encontraba triste. Vi tu
cajita de madera y la abrí. Leí una de las tarjetas que había en el
interior. Sentí mucha paz. Volví a dormir y ya no tengo miedo. ¿De
dónde sacaste esa caja?
-Una amiga me la prestó.
-Es muy hermosa. Ven. Mira lo que leí.
A veces suceden cosas que no comprendemos, sin embargo, todo forma parte de
un curso formativo.
La vida es como una escuela. Cada día se toman clases, se presentan exámenes y
se exponen conocimientos. Como siempre, el estudio se aprovecha en la medida
en que se disfruta.
Esfuérzate por sonreír, entusiásmate con las pruebas y las tareas. Haz de cada
instante un alegre reto.
Recuérdalo siempre: no importa lo que pase, no importa si el ejercicio que debes
realizar es arduo, hazlo bien, gózalo y sé feliz... Sonríe a la vida. Tus problemas
son pasajeros y tienenun propósito: que aprendas cosas nuevas y madures.
Es ridículo preocuparse por situaciones que no han ocurrido. Ocúpate sólo de este
día: ¡Tienes algo que hacer hoy! ¡Hazlo con entrega y alegría! Si es diversión,
diviértete. Si es estudio, estudia. Si es trabajo, trabaja. Si es servicio a los demás,
sirve.
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