Lavar los platos = $ 30.00
Aspirar la casa = $ 20.00
Recoger la basura = $ 20.00
Ir al mercado por comida = $ 30.00
Total del trabajo = $100. 00
Y agregué una nota al final:
Mamá: Te ayudaré, pero espero que tú también me ayudes. Es
justo que me pagues. Voy a hacer todos tus encargos. No olvides
que me debes $100. 00
Mamá pareció hallar lo que buscaba. Se dirigió a la puerta.
Antes de que saliera, le di la nota y corrí a encerrarme. Estaba
nervioso. Cuando calculé que ya se había ido, salí de mi habitación.
Para mi sorpresa, la encontré todavía sentada en una silla de la
cocina. Estaba agachada con la nota frente a ella. Me acerqué
despacio por su espalda. Pensé: “Si ha analizado las palabras que
le escribí, con seguridad ha reconocido que tengo razón”. Pero al
llegar a su lado vi que lloraba.
-¿Qué... qué te pasa, mamá? -pregunté.
Ella se limpió la cara de inmediato. Luego me observó con una
mirada muy fija. Sacó un billete de $ 100.00 y me lo dio.
Lo tomé confundido. Después pregunté.
-Si estás... dispuesta... a... pagarme, ¿por qué lo haces tan de
mala gana?
Tardó mucho en contestar. Al hacerlo, su voz sonó débil:
50