SANGRE DE CAMPEÓN Sangre de campeón | Page 35

7. Un campeón tiene capital de autoestima Papá respiró hondo y comenzó a hablarme con voz tierna. -Cuando yo era niño, algunos compañeros también se portaban groseros conmigo. Me decían “el sapo” y se burlaban de mí todo el tiempo. Un día, me quitaron los pantalones en el baño y me obligaron a ir por ellos hasta el patio. Las niñas me vieron. Todos se rieron. Entonces comencé a ser rebelde y grosero. En casa gritaba y tenía el carácter agrio; afuera me hice juguete de los demás. Me sentía como basura... Una mañana, mi maestra titular enfermó y llegó una nueva profesora suplente. Era joven y bonita. Se dio cuenta de la forma en que mis compañeros abusaban de mí y comenzó a hablarme todos los días al final