SANGRE DE CAMPEÓN Sangre de campeón | Page 22

El gordo se bajó de la caldera para hacerme un lugar. Subí y me apoyé en el muro. En efecto, pude observar el baño de las mujeres. Había varias señoras sin ropa. - ¡Eh! -gritó Lobelo-, ¡al “Malapata” le está gustando! -¡Ya quítate! -dijo el gordo -. Es mi turno. Pero como tardé en obedecer, quiso subirse junto a mí. Perdí el equilibrio. Empujé los tubos calientes de la caldera y se vinieron abajo haciendo un escándalo. El vapor comenzó a rodeamos. Tosimos. Por fortuna no sufrimos quemaduras. -¡Vámonos! –dije -. ¡Esto puede explotar! Casi de inmediato alguien abrió la puerta. -¿Quién anda ahí? Varios señores a medio vestir nos miraban asombrados. Luego llegaron dos policías. Fuimos llevados a las oficinas del club. El administrador estaba furioso. -¿Qué hacían allá adentro? Mis compañeros se quedaron callados. El hombre se dirigió a mí: -Si no hablas, voy a tener que llamar a tu padre. -No –supliqué -, por favor. últimamente le he causado muchos disgustos. -Entonces dime, ¿qué buscaban en ese cuarto? No tenía escapatoria. Inhalé y dije: -Vinimos a ver a las señoras desnudas por un hoyo que hay en la pared. El administrador se quedó pasmado. Llamó a los vigilantes para que inspeccionaran el cuartito de máquinas. Encontraron una vieja cámara con la que seguramente alguien fotografiaba a las mujeres por el agujero. Se armó un gran problema. -¿Quién es el responsable de esto? -vociferaba el jefe del club -. ¡Traigan a todas las personas de mantenimiento! Quiero interrogarlas. 22