SANGRE DE CAMPEÓN Sangre de campeón | Page 36

Hizo una pausa. Protesté: -Mi problema no es solo Lobelo, papá. Soy torpe... eso no me lo dijo nadie. ¡Yo me doy cuenta! -Felipe ¡tú no eres torpe! ¡A todos nos salen las cosas mal, a veces! Es normal equivocarse, caerse, cometer errores, sufrir la burla de gente envidiosa. Así es la vida. -¡Pues yo no soporto la vida! - ¡Tranquilízate! Sé menos nervioso. No tomes las cosas tan a pecho. Te voy a explicar algo que mi maestra llamaba “el juego de la autoestima”: Imagina una alcancía, en la que has ido ahorrando monedas. Cada vez que realizas alguna actividad, debes apostar parte de tus ahorros. Si todo sale bien, ganas más monedas; si te va mal, pierdes las que apostaste. Tu problema, Felipe, es que siempre apuestas demasiado y al perder, te vas a la ruina, ¿me entiendes? Dije que no moviendo la cabeza. Sonaba complicado. -Voy a darte un ejemplo –continuó -. Imagina que tienes cien monedas en tu alcancía de autoestima y vas a participar en un concurso. Como es algo muy importante para ti, apuestas las cien. Pierdes el concurso y te quedas con nada. Entonces te sientes un verdadero fracasado. -Pero si hubiera ganado, tendría doscientas y me sentíría un triunfador.. -¡Exacto! El chiste del juego es hacerlo emocionante, pero no apostando mucho sino valorando cada moneda de tus ahorros. Otro ejemplo: Ves a una muchacha sola, quieres acercarte a ella, y apuestas dos moneditas de autoestima en la aventura. Si la chica te acepta y platica contigo, no te pones nervioso; si te rechaza, sigues adelante con una sonrisa en la cara, pues sólo perdiste dos insignificantes monedas -me tomó por los hombros y alzó aún más la voz Cuando se burlen de ti, no debes pensar que es el fin del mundo, y cuando te acepten, tampoco creas que has logrado algo 36