Opinión...
En el árbol de evolución de las especies
Especies primas hermanas
En esta era de la Información y la Comunicación, me pareció interesante abordar esta curiosidad que guardan nuestros parientes próximos: los majestuosos pero cuasi extintos gorilas. Y es que, al ocupar lugares tan próximos en el árbol de la evolución de las especies, no es de extrañar que los gorilas y nosotros compartamos varias características. El lenguaje es una de ellas, lo cual es fácilmente perceptible al observar el tierno rostro de un gorila compungido, las gesticulaciones durante un ataque de ira o el gesto de repugnancia al comer un alimento poco sabroso.
Los gorilas (y otros simios) y nuestra especie tienen rasgos fenotípicamente visibles que las justifica como primas hermanas sin lugar a discusión. Más allá de ello, lo interesante es lo que ocurre por dentro del organismo, más allá de lo visible.
Los gorilas (y otros simios) y nuestra especie tienen rasgos fenotípicamente visibles que las justifica como primas hermanas sin lugar a discusión. Más allá de ello, lo interesante es lo que ocurre por dentro del organismo, más allá de lo visible.
Los mecanismos que el cerebro del gorila utiliza para comunicarse no verbalmente son extraordinariamente parecidos a los nuestros, siendo el hemisferio izquierdo del cerebro el que controla los movimientos del lado derecho del cuerpo. Estudiando a Fou fou, un gorila del Parque de Animales Salvajes Port Lympne en Kent y a la red social de gorilas que lo acompaña, Sebestyen logró comprobar que sus gesticulaciones están relacionadas directamente a su lado izquierdo del cerebro, tal como ocurre con nosotros, los humanos, acercando así mucho más las distancias en términos evolutivos que nos separan de los gorilas.
Desarrollando un poco más las hipótesis manejadas se podrá conocer a fondo el desarrollo de las capacidades comunicativas tanto de nosotros como de los gorilas, una especie con la que nos identificamos más por sus similitudes con la nuestra que por sus diferencias.