Ese estado de ánimo sirve para reducir nuestro estrés
ya que se segregan hormonas como las endorfinas
y adrenalina, mejora nuestro rendimiento, aumenta
la longevidad, favorece nuestras relaciones persona-
les y sociales y es un potente analgésico natural y sin
coste alguno.
Sentimos alegría en nuestros cuerpos debido a la
liberación de dopamina y serotonina, dos tipos de
neurotransmisores en el cerebro. Ambas sustancias
químicas están fuertemente asociadas con la felicidad
(de hecho, las personas con depresión clínica a menu-
do tienen niveles más bajos de serotonina).
Así, cuando algo nos hace feliz, el cerebro recibe la
señal para liberar estos químicos en el sistema nervio-
so central, lo que causa reacciones en otros sistemas
del organismo, por ejemplo, el sistema circulatorio.
¿Alguna vez has notado que cuando
te sientes especialmente feliz,
tu cara se sonroja o tu corazón se acelera?
Esto se debe al efecto de la alegría en el sistema cir-
culatorio. Por supuesto que la alegría no es la única
emoción que influye en este sistema: el miedo, la
tristeza y otras emociones también pueden causar
reacciones.
Si te sientes deprimido, actividades sencillas como
salir a caminar por la naturaleza, acariciar a un perro o
un gato o besar a un ser querido pueden ayudar a que
esos neurotransmisores hagan su trabajo y mejoren tu
estado de ánimo
Además, reírse a carcajadas puede hasta considerarse
un ejercicio físico ya que con este simple gesto esta-
mos moviendo hasta 400 músculos, y no solo de la
cara sino también del estómago.
Si la alegría es uno de los motivos de nuestra vida haremos que
nuestra presión arterial se reduzca, se mejore nuestra respiración
y se oxigene nuestro organismo, además de aumentar los
anticuerpos con lo que se fortalece el sistema inmunológico.
Pero los beneficios no se acaban aquí, al estar alegres
y sonreír estiramos los músculos de la cara con lo que
es un buen remedio para tonificar y rejuvenecer nues-
tra dermis; además de ayudarnos a conciliar el sueño.
21