S O U L M A T E S (revista SasuNaruSasu) SOULMATES N°1 REVISTA | Page 32
BYE MY LOVE por shiki1221
El sol estaba en lo alto del cielo mientras Na-
ruto lo observaba desde la sombra de un ár-
bol. Estaba a la espera de la razón de las tinie-
blas de su corazón: Sasuke Uchiha. No sería
quien nublara su lucidez y cordura sino fuera
porque oyó de la precipitada decisión de irse
de Konoha.
Era consciente de su incapacidad para dete-
nerlo, ¿cuál podría ser la excusa perfecta pa-
ra retenerlo a su lado? No había alguna, no
existía, y de encontrar alguna no sería más
que un egoísta. Una aldea cuya paz cimenta-
da en el sacrificio y la sangre de los Uchiha
nunca sería un lugar que le diera paz a los
demonios de su mejor amigo. Su única salida
era la libertad.
Después de todo, el refrán rezaba “si amas
algo déjalo libre”.
―Teme ―llamó suavemente al verlo cami-
nando hacia él con aquella elegancia tan na-
tural suya.
―Usuratonkachi ―correspondió al saludo,
muy a su manera, pero así se entendían ellos.
Un choque entre aquel ojo negro y los azules
de Naruto dejaron tantos sentimientos flo-
tando en el aire…
El Uchiha estaba por irse a un destino incier-
to, durante un tiempo indeterminado. La at-
mósfera lo embriagaba del deseo de sujetarlo
entre sus brazos y retenerlo allí para jamás
soltarlo. Empero él sabía que estaba siendo
empapado por la nostalgia de aquellos re-
cuerdos que compartieron juntos en Konoha.
Una aldea que, siendo sincero consigo mismo,
no merecía a Sasuke; no con tantas personas
que no podían ver lo que él apreciaba en esa
rota y torturada alma.
Con todos sus defectos, aciertos y errores: lo
amaba. No sabía en qué momento dejó de
profesarle una amistad sincera para transfor-
mar esas palabras en la pantalla de la verdad
que se sentía obligado a ocultar.
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― ¿A qué vienes? ― cuestionó Sasuke, sa-
cándolo de sus pensamientos.
― Vine a despedirme, porque fuiste tan Te-
me que ni me avisaste que partirías
―respondió Naruto acallando la razón real.
―No me iba a despedir de nadie ― replicó
Uchiha ante el infantil reclamo. De alguna
forma le alegraba que Naruto fuera a darle
una despedida; quién sabe cuándo volverían
a verse de frente.
Tan propio de Sasuke irse sin mediar pala-
bras ni dar explicaciones, nunca las daba y no
tenía la necesidad de hacerlo. Sin embargo,
aquellos labios capaces de pronunciar las pa-
labras más crueles lo besaron sorpresivamente
alborotando todos sus sentidos. Se sentía em-
belesado por aquel dolor que causaba saber
el significado de ese beso: una despedida.
Aun así, ni siquiera sabiendo que se trataba
de un adiós, su corazón dejaba de latir desbo-
cadamente. Podían soportar nuevamente la
distancia mientras sus sentimientos se mantu-
vieran intactos.
Quiso gritar la respuesta que tanto parecía
pedir Sasuke en cada pregunta, mas sus labios
y los de él estaban sellados con las palabras
guardadas en sus corazones.
No había acuerdos de un nuevo encuentro.
No hacían falta. No había necesidad de pro-
mesas. Ellos se amaban profunda e incondi-
cionalmente.
Naruto mostró la bandana de gennin perte-
neciente al Uchiha y se la entregó en mano;
éste supo de inmediato lo que significaba. Era
un nuevo comienzo para ambos y mientras su
lazo los mantuviera unidos, nada podría sepa-
rarlos.