Rumor de límites. Memoria del desasosiego (hacia las Pinturas Negras) FINAL DE LAS PINTURAS NEGRAS-QUINTA DEL SORDO | Page 47

47 y el control de los precios ante malas cosechas y sus consecuencias desas- trosas, que siempre eran causas de disturbios. Entre 1747-54, una sequía persistente afectó a casi toda España con resultados de hambruna. A partir de 1760, la preocupación estrictamente de fiscalización económica, da pie a otras que, con Campomanes al frente, postulaban por introducir componentes de asistencia social laica, contrapuesta a la tradi- cional cofradía religiosa. Su Proyecto económico (1779) exponía ya una crí- tica de la manufactura concentrada y la alabanza de la industria popular dispersa de base familiar, encomendada a una familia campesina. Lo que no dejaba de traer contradicciones difíciles de superar en el momento, por- que frenaba el desarrollo precapitalista de los actores más dinámicos de la burguesía y al mismo tiempo intentaba una relativa industrialización de la economía agraria de tipo reducido. Los primeros años de Carlos III pueden considerarse de continua- ción, pero tras la nueva crisis alimentaria de 1765, se formularon tres pro- puestas que suponían un ataque a determinadas bases de la organización económica y social tradicionales. Entre otras se acometieron proyectos de control de las propiedades eclesiásticas por parte del Estado que alarmaron a la Compañía de Jesús y a sus colegios mayores. En estas alarmas hay que encontrar la participación encubierta de la Compañía en los disturbios del llamado motín de Esquilache. En esta etapa es donde ciertos sectores (aristocráticos e intelectuales