Foto: Karl Desing
Agressor
Hablar de ‘Agressor’ es develar parte de la historia
del Rock y del Metal en Medellín. Era 1985 y Antonio
Guerrero, fundador de la banda y guitarrista, ensayaba sonidos con una guitarra, un distorsionador
casero y la grabadora de su mamá. Para ese entonces
la escena metalera de Medellín estaba en crecimiento, algunas bandas ya empezaban a tocar en parches,
colegios y garajes.
Antonio, o Toño Guerrero, cuenta que en su casa
escuchaban música tropical, del Pacífico. No
obstante, a él no le gustaba, no sentía nada. Tiempo
después, a sus siete años, llegarían unas primas con
vinilos de lo que hoy llaman la “vieja guardia”. Así́,
empezaba a buscar las pocas emisoras que tenían
esta música. ‘Black Sabbath’, ‘Deep Purple’, ‘Led
Zeppel in’, ‘Grand Funk’, entre otros, empezaban a
mostrarle otros sonidos.
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Pero la curiosidad de Antonio no paraba ahí. Ya
tenía su primera guitarra que había comprado en
una prendería. Su vecino, conocido en la historia del
Metal local como Gregory, supo de la guitarra que
había comprado Antonio y le propuso montar una
banda, pero Antonio quería entender mejor cómo
hacer esos sonidos. Con esta propuesta, y lleno de
curiosidad, empezó a ensayar con libros de música