⓪⓪ » Rolandox: 7 Pasos Para Olvidar Un Amor PDF (Libro) | Page 49
vez, bajo esta perspectiva más pragmática, veas un mundo de posibilidades para relacionarte con otras personas a las que antes desechabas inmediatamente porque
tuviste un mal día o porque simplemente no te llamaba la atención físicamente.
Quizás tengas la absurda creencia de la Pre-destinación: “Pero por alguna
razón del destino nos hemos conocido justo en el lugar y en el momento adecuado”.
¿En serio sigues creyendo en el destino? ¿Crees que existe un alma gemela esperando por ti para esta vida? Aun si fuera cierto, sería triste encargarte de la ardua
tarea de encontrarla porque tal vez nunca tengas esa suerte. Y si ya la has
“encontrado”, pero en el momento y lugar equivocado, terminarás sufriendo y
desechando a otras personas sin razón alguna.
Nadie va a negar que fue un momento mágico cuando recién conociste a quien
ahora es tu ex o quien no está contigo ahora, pero en vez de santificar el momento,
dale un contexto más realista: No era alguien especial en un momento especial, sino
una linda coincidencia de la vida de las tantas más que tendrás con otras personas y
que recordarás con mucha alegría.
Hay casos en las que a pesar de haber tenido una relación muy conflictiva te
quedas enganchado ante los pocos momentos especiales. Ponte a analizar si realmente valía la pena una relación con un 80 % de malos momentos y tan solo un 20
% de buenos. En este caso solo te has quedado enganchado hacia tu ex por esos
pocos momentos que te hacen creer que la relación pudo haber mejorado cuando
claramente todo te indicaba que ya no había nada más por hacer. Ahora te queda
aceptar aunque duela: no eran el uno para otro. No era alguien especial, solo ciertos
momentos del pasado eran especiales.
Hay quienes tuvieron una pareja a quien consideraban muy especial, pero descubrieron que les engañó durante mucho tiempo porque tenía una vida oculta con
otra mujer o ya era padre de hijos adolescentes. Independientemente del tiempo del
engaño (desde unos cuántos meses hasta muchos años) en esa situación la decepción es tal que las secuelas suelen ser las más difíciles de superar. También está el
caso que una lectora me confió: Su expareja jamás salía con ella, solo quedaba para
encontrarse en su departamento. Al principio ver películas, compartir momentos
íntimos y estar apartados del mundo era algo que le gustaba, pero luego se hartó de
tanto secretismo. Ya quería vivir como cualquier pareja normal. Él no accedía y, a
pesar de haberle terminado en repetidas ocasiones, volvía arrepentida retomando la
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