⓪⓪ » Rolandox: 7 Pasos Para Olvidar Un Amor PDF (Libro) | Page 23

xo opuesto. También se va de flor en flor pero al final le da placer ser él, o ella, quien haga sufrir a la otra persona( evidentemente esta pequeña sensación placentera solo es momentánea y sigue con su desdichada vida). Y por último, está el insensible. Aquel que simplemente no siente emociones debido a algún trastorno mental o incapacidad de percibir el mundo a través de sus emociones. A ti no te conviene tener ninguna de estas tres actitudes tras una ruptura o decepción amorosa.
En el segundo grupo están los que sí han sufrido. Hay quienes tienden a aferrarse una y otra vez a la misma relación que nunca les ha funcionado. Creen que el dolor al no estar con la persona amada no cesará, por tanto recurren a medidas desesperadas para reconquistar su amor ya muerto. Si no les funciona la estrategia de reconquista, el dolor naturalmente se acentúa por tanto se intensifican los pensamientos negativos que, en ciertas ocasiones, lamentablemente los conducen a la idea errónea de que ya no hay ninguna solución excepto el suicidio. Sin embargo, entre los que piensan que el dolor no pasará también hay quienes que, con el tiempo se resignan a la pérdida, siguen de pie en su vida personal y sanan algunas heridas; pero si les vuelven a decepcionar piensan que en esa nueva ocasión el dolor ya no se irá. No han aprendido la lección del pasado.
Del mismo grupo de los que sienten dolor también están los que adoptan una actitud pasiva y quieren que“ el tiempo cure las heridas”. Esta clase de personas, aunque en principio se muestran optimistas, luego pueden deprimirse fácilmente porque creen que la vida les debe un gran favor, están a la merced de circunstancias externas, cosas que no pueden controlar, por tanto cuando las cosas no les sale como ellos esperaban, no están preparadas para combatir la adversidad y se derrumban fácilmente.
Y por último, están los que sienten dolor como todos los demás, pero toman acción para disiparlo. Este tipo de personas son optimistas y, sobre todo, aprendieron a no aferrarse a nada ni nadie, porque saben que uno mismo tiene que conseguir lo que desea con el sudor de su frente. La vida no les debe nada, por tanto ya no esperan que ocurran milagros ni soluciones inmediatas. Se comprometen seriamente ante algún tipo de proceso que implique perseverancia. Además, no buscan tener la razón, están dispuestas a aceptar que se equivocaron y buscan ayuda porque así reforzarán su compromiso con el proceso de recuperación.
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