El Baúl de los Clásicos es un espacio dedicado a analizar discos un tanto diferentes de los demás, esos trabajos que cambiaron la forma de comprender la música, en cada entrega de la revista se presentará un disco distinto con notas curiosas, así como el análisis de cada tema que compone el disco. Comenzamos con el primer clásico.
Baúl de los Clásicos
Años 80's, la gloriosa edad de oro del metal, imagínense esta época, la escena heavy en perfecto estado, donde ya empezaba a reinar el Thrash metal con grupos como Metallica o Megadeth mientras otros grupos consolidados como Maiden y Judas Priest lanzaban discazo tras discazo, una banda proveniente de Hamburgo (Alemania) de nombre Helloween fue haciéndose hueco en el mundillo a base de grandes composiciones.
Pero vamos por partes, Helloween la banda originalmente compuesta por Kai Hansen en las voces y guitarra líder, Michael Weikath en la guitarra rítmica (los genios tras la banda) Marcus Grosskopf en el bajo e Ingo Schwichtenberg en la batería empezó con un mini LP del mismo nombre que la banda, después sacaron su primer disco Walls of Jericho, un excelente disco con el cual Helloween ya se dió a conocer en un amplio sector por lo cual se crearon expectativas en su próximo trabajo.
Cuando la banda anunció su segundo disco vino el primer susto al saber que Kai no sería el cantante pasando a ocuparse solamente de la guitarra principal mientras el puesto de vocalista pasaba a un joven de 18 años llamado Michael Kiske; a decir verdad existió un poco de duda en este aspecto, ya que los fans querían saber qué tan bueno era el nuevo vocalista y Hansen después de todo no lo hacía nada mal.