2. Responde las preguntas de los chicos
Los niños hacen preguntas sobre Dios, sobre la
fe, sobre la religión. Hay que estar preparado
para responderlas. Hay preguntas sobre el
comportamiento que también llevan a hablar de
la fe. "¿Por qué debo perdonar a esos chicos
malos?", "¿por qué me pides ayudar a esos?", nos
lleva a las enseñanzas y el ejemplo de Jesús. (Si
no sabemos la respuesta a una pregunta
podemos honradamente decir: "pues no lo sé
exactamente, pero lo buscaré y te lo diré". En el
Catecismo hay muchas respuestas, que hay que
traducir al lenguaje infantil. También hay gente
que trabaja con niños que pueden ayudar:
maestros, catequistas...). No es beneficioso
responder "no hagas preguntas", "es así y punto",
"hacer preguntas está mal"...
3. Id con regularidad al culto o los sacramentos
Si la fe es solo un añadido para los ratos libres, no
se contagiará a los hijos. Los niños han de ver
que es una prioridad, y la más clara es el tiempo.
Si la familia solo va a misa "a veces", el niño
pensará que es una cosa poco importante o algo
"útil en casos convenientes" (alguna
enfermedad, un gesto social...). Los niños han de
ver que el culto es una prioridad en la familia, en
la organización semanal o diaria.
4. Involúcrate en el servicio a los demás... y que te
vean
"Servir a los demás es la fe con pies", explican en
AllProDad. Los niños aprenden de lo que ven
hacer a sus padres. Si te ven ser voluntario en
Cáritas, Manos Unidas o la parroquia, ellos
aprenderán a hacer ese tipo de servicios.
También es bueno involucrar a toda la familia:
recogidas de material, actividades, etc...
5. Enseña a confiar en Dios
En el cristianismo, todo está basado en la
confianza en Dios. Una clave es enseñar al niño a
confiar toda su vida en el Dios que lo creó, que lo
ama y quiere lo mejor para Él.
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