ARTÍCULO
En lo que a la papa y garnacha respecta, demos mención a lo más de lo más que te puedes topar durante un gastro-tour por el
famoso y distinguido Mercado de La Cruz, templo local de la diversidad y de la fusión de ingredientes regionales y nacionales.
Tenga cuidado antes de comenzar este recorrido exprés, no olvide el diccionario regional para la degustación y la sal de uvas
para la lectura.
AHÍ LES VA:
Güerito, marchanta y chanta
con probadita y todo.
Con estas doñitas ubicadas justo atrás de Garibaldi, los
ingredientes van de la mano con sus formas, colores y
amplia variedad; güamiche, capulín, garambullo, pitaha-
ya, chilcuague, los famosos frutos del bosque, uno que
otro nopal en picado fino o entero -pero sin espinas-, sin
olvidar el cilantro, epazote y huazontle que tienen garan-
tía valida. “Es lo que crece allá donde vivo güerito, huélalo
está bien fresco”.
Garnachalandia, ubicacada donde
huele a tragazón.
Llegando a la garnacha pues la variedad se hace más
atractiva pa’quí o pa’llevar. Vuelve a la vida en la marisque-
ría levantacruda, y presume la panza llena con finta afrodi-
siaca. Saboree gordita de maíz quebrado, esas bien refritas
en el aceite con sus migajas, queso, asadura, huevo,
chicharrón y salsa molcajeteada. Para el control del coles-
terol bajo, lléguele a las carnitas, espaldilla y obvio copete.
Si no fue suficiente dese una vuelta y deguste la barbacha
en todas sus presentaciones: taqueadas, en tortas, de pie
o de hazte pa’allá, deja me siento aquí en la esquinita.
Yerberos del canasto
bien tupido.
Pa’ despertar con toda la gana, echémonos un tecito de
limoncillo, manzanilla, hoja de naranjo, lavanda o el
conjunto de varias hierbas para uno que otro achaque.
Para la cocinada en casa y si quieren fresear un poco,
pídanle el jengibre, cúrcuma, salvia o albahaca a buen
precio y casi recién cortado.
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